Luego de varias semanas en las que la FED fue la protagonista de los hechos macroeconómicos a nivel mundial, el Banco Central de China finalmente decidió tomar acciones para impulsar la economía del país.
El plan de estímulos económicos a gran escala, que inició la semana pasada en China, generó gran entusiasmo en los mercados.
En medio de un escenario de baja inflación, el Banco Central profundizó su ciclo de relajación de tasas y, como medida clave, redujo la tasa referencial a 14 días en 10 puntos básicos, acompañado de otras medidas de flexibilización financiera.
Esto llevó a que el principal índice de la economía china se disparara, subiendo un 17% en cinco días, lo que demuestra que las medidas han logrado convencer al mercado, ilustrando la gran relevancia de estos movimientos luego de tres años de sequía.
Por su parte, en EE. UU., el objetivo principal de la FED sigue siendo lograr un aterrizaje suave de la economía. Hasta el momento, la inflación continúa en la senda esperada. El PCE, uno de los indicadores favoritos de la FED, se situó en un 2,7% anualizado.
Esta semana, habrá que estar atentos a la cargada agenda económica. En Europa, la atención estará centrada en las primeras estimaciones de inflación de la zona euro. En EE. UU., se esperan nuevamente las declaraciones del presidente de la FED, junto con los datos sobre las ofertas de empleo (JOLTS) y el índice ISM manufacturero, que se publicarán el martes. El viernes, se publicarán las cifras mensuales de empleo de septiembre.
Así concluye un mes marcado por importantes hechos económicos, con el esperado recorte de tasas en EE. UU. y los nuevos estímulos en la economía china. Resta por ver cómo seguirán evolucionando los mercados, que actualmente muestran una tendencia alcista, y si tanto la Reserva Federal estadounidense como el banco central de china lograrán alcanzar sus objetivos a través de las medidas implementadas.