A pesar de los buenos resultados, la falta de estabilidad en el mercado ha afectado la confianza de los inversores. Aunque las alentadoras cifras del índice de precios de EE. UU. la semana pasada podrían haber dado un poco de esperanza, un nuevo revés surgió debido a recientes noticias sobre la guerra comercial.
La semana pasada entraron en vigor los aranceles estadounidenses sobre el acero y el aluminio, intensificando la guerra comercial y aumentando la preocupación por una posible alza en la inflación. Según los datos de EE. UU., los precios se mantuvieron sin cambios en febrero, lo que representa una desaceleración respecto al mes anterior. A raíz de esto, se espera que la Reserva Federal mantenga la tasa de política monetaria en su próxima reunión, que tendrá lugar el miércoles de la próxima semana, conservando su postura cautelosa.
El aumento de la inflación debido a los aranceles limita la capacidad de la FED para reducir las tasas en caso de una eventual recesión económica, mientras que el mercado anticipa inicialmente dos recortes este año. En este contexto, se espera que el discurso del presidente de la FED, Jerome Powell, sea lo suficientemente tranquilizador como para frenar la crisis de confianza que se ha apoderado de los mercados.
Las medidas arancelarias de Trump han trascendido las simples amenazas. En respuesta a los aranceles de EE. UU. sobre el acero y el aluminio, Canadá impuso un gravamen del 25% a productos estadounidenses. De manera similar, la Unión Europea ya ha anunciado planes para implementar contraaranceles sobre productos americanos.
En el horizonte, parece haber una ligera esperanza de un alto al fuego en Ucrania, luego de que este país aceptara un cese de hostilidades por 30 días, respaldado por EE. UU. Esto llevó a la administración de Trump a reanudar su apoyo militar a Ucrania. A la espera de más conversaciones, mañana se esperan noticias sobre una de las varias reuniones que sostendrán Trump y Putin.
Así comienza una nueva semana, en la que veremos si los miembros de la FED logran mejorar el sentimiento del mercado y brindar algo de tranquilidad en un escenario dominado por las decisiones de los presidentes de dos de las economías más grandes del mundo.